“LA EDUCACION CREATIVA
COMO DEMANDA SOCIAL EN LA FORMACION
DE PROFESORES DEL SIGLO XXI”
Dra. María Inés Solar.
Universidad de Concepción
FACULTAD DE EDUCACION
Chile
En: Revista Recre@rte Nº6 Diciembre 2006 ISSN: 1699-1834 http://www.iacat.com/Revista/recrearte06.htm
RESUMEN
La ponencia aborda la importancia del desarrollo de la creatividad en la formación de los profesionales de
la educación que deben ejercer en el nuevo siglo.
La educación creativa responde a los nuevos escenarios que afectan a los procesos formativos en el nuevo
modelo de enseñanza superior centrado en el estudiante. La preparación para el trabajo autónomo, el aprendizaje de
habilidades cognitivas de nivel superior, la adaptación a situaciones emergentes, el desarrollo del espíritu
emprendedor y la capacidad creativa, la diversificación en las formas de aprender y de enseñar, surgen como
demandas de una formación innovadora.
Las experiencias desarrolladas de implementación de la educación creativa en organizaciones como la
Universidad, requiere previamente de contar con políticas y estrategias que permitan potenciar una cultura
orientada hacia el cambio, creando o fortaleciendo organismos que movilicen iniciativas internas, que articulen
proyectos a mediano y largo plazo, que apoyen la capacitación, las acciones innovadoras vía proyectos e
investigación en pedagogía universitaria. Las experiencias generadas en algunas universidades nacionales, de contar
con Programas de apoyo al desarrollo de la creatividad en la docencia universitaria ha tenido un impacto positivo en
las relaciones profesor – estudiante y en el rendimiento de algunas asignaturas.
Las investigaciones realizadas en la Facultad de Educación de la Universidad de Concepción, en la cual la
intervención educativa tenía como finalidad enseñar a pensar en forma creativa, a través de los contenidos
disciplinarios, mostraron resultados importantes en el mejoramiento de la creatividad de los alumnos expuestos a
las experiencias. Se aplicaron en asignaturas como Biología, Historia, Filosofía, Lenguaje y Comunicación,
Matemáticas, Física, Química y Literatura, además aplicaciones en actividades extraprogramáticas y asignaturas de
la Formación Profesional de Profesores.
La aplicación de Inventarios o Cuestionarios que diagnostican el talento creativo antes y después del trabajo
innovativo, evidencia cambios significativos en el mejoramiento de rasgos como Imaginación, Confianza,
Independencia e Inventiva, además del mejoramiento en el rendimiento de las asignaturas. La difusión y utilización
de técnicas creativas, puede ser un aporte valiosos para mejorar aspectos que inciden en la calidad del aprendizaje
de los estudiantes.
En las nuevas formas de construir nuestra realidad social, en un mundo de la supercomplejidad, los líderes
creativos, serán, los impulsores y dinamizadores de estos nuevos entornos, que demandarán nuevas formas de
conocer, de aprender, de educar, de trabajar, de vivir y convivir en el nuevo siglo.
INTRODUCCIÓN
Hemos iniciado el siglo XXI, con nuevos impulsos por incorporar el estudio de la creatividad en
los procesos de reforma educativa, en el funcionamiento de las instituciones, en las interacciones sociales,
en la naturaleza, y en los diferentes ámbitos de la actividad humana.
El interés por la creatividad responde a las nuevas demandas por generar cambios en los procesos
formativos en todos los niveles educativos, ante escenarios generados por las nuevas tecnologías de la
información, el acelerado avance de la ciencia, la globalización e internalización de las instituciones, las
problemáticas sociales, en el nuevo paradigma de la complejidad.
La comprensión de lo que suponen estos cambios puede entenderse mejor cuando nos referimos a
los nuevos escenarios del aprendizaje que afectan a todos los componentes y elementos del proceso
educativo, en un nuevo paradigma de enseñanza superior centrado en el estudiante.
La preparación para el trabajo autónomo, el aprendizaje de competencias de orden superior, la
adaptación a situaciones emergentes, el desarrollo del espíritu emprendedor y la capacidad creativa, la
diversificación en las formas y fuentes de aprendizaje, surgen como demandas de una docencia
innovativa.
Las estrategias de carácter innovador y creativo buscan entre otros aspectos, desarrollar
capacidades y habilidades de ideación, interacción, elaboración, competencia comunicativa,
argumentación para expresar y defender los propios puntos de vista, el trabajo colaborativo y el
desempeño de roles diversos.
Las experiencias desarrolladas en universidades nacionales de contar con Programas de apoyo al
desarrollo de la Creatividad en la docencia universitaria ha tenido un impacto positivo en las relaciones
profesor-.estudiante y en el rendimiento de las asignaturas que han incorporado estrategias creativas.
Como señala S. De la Torre (2002), la consideración social de la creatividad reclama ajuste,
beneficio, utilidad o valor compartido y no sólo rareza o novedad. El desarrollo de una sociedad, su
mejora económica y de bienestar así como el desarrollo cultural, son consecuencia de un clima y cultura
creativa.
Se aborda el concepto de creatividad desde el pensamiento complejo, como un intento de
comprender la creatividad en una perspectiva interdisciplinaria, en la que tienen mucho que aportar la
psicología cognitiva, la neurociencia, la biología, la antropología, la pedagogía, la sociología, la fisiología.
LOS SISTEMAS EDUCATIVOS Y EL DESARROLLO DE LA CREATIVIDAD
La creatividad es hoy en día parte de nuestra existencia, es un desafío a la manifestación de la
libertad, del poder de la independencia de la mente humana.
La creatividad es una creación humana, resultado de determinados procesos históricos, plagados
de conflictos etimológicos, semánticos, y filosóficos.
Se reconoce que la creatividad es un proceso complejo. La complejidad forma parte intrínseca de
la persona, del proceso, del entorno y del producto creativo. La creatividad nace de la tensión dinámica
entre equilibrio y desequilibrio, orden y caos, lo objetivo y lo subjetivo, análisis y síntesis.
Durante décadas, la creatividad ha sido considerada como una aptitud o cualidad humana personal
e intransferible para generar ideas y comunicarlas, para resolver problemas, sugerir alternativas o ir más
allá de lo aprendido.
La creatividad es un hecho psicosocial y en la actualidad surgen voces que se elevan en defensa
de una visión abierta y plural de la creatividad, refiriéndola a grupos, organizaciones, comunidades y a la
sociedad en general, como agentes y receptores de ese espíritu creativo.
Numerosos estudios han demostrado que la creatividad se puede potenciar y estimular, pero en la
mayoría de los currículos actuales no se otorgan espacios para desarrollar las potencialidades creativas.
En la actualidad, las tendencias en creatividad conectan la creatividad con las emociones. Lo
emocional es un componente sustantivo de la creatividad. Un líder de éxito es capaz de comprender a la
gente para que modifique sus ideas y actitudes. Esto conduce a la dimensión social de la creatividad y que
se caracteriza por el altruismo, la generosidad, la solidaridad, la responsabilidad social. Algo de nuestra
interioridad debe materializarse en el exterior, para que este potencial fluya.
Otro campo de amplias posibilidades es la creatividad en la información y las comunicaciones. La
creatividad aplicada a la solución de problemas ambientales. Como vemos los campos son diversos,
puesto que la creatividad es un medio y un valor para la solución de problemas.
Stenberg (1995), aludía que “la creatividad es una decisión” acerca de una actitud hacia la vida.
Señalaba que el trabajo creativo requiere de un balance entre las habilidades sintéticas, analíticas y
prácticas, por ello es importante motivar y desarrollar la creatividad enseñando a los alumnos a mantener
y buscar un equilibrio entre esas habilidades de pensamiento. La mayoría de los profesores desean
motivar las habilidades creativas en sus alumnos, pero no están seguros de cómo hacerlo y el resultado es
que nos volvamos conformistas y dejemos de ser creativos.
En los planes estratégicos de las universidades se señala que es relevante asignar un espacio a la
creatividad dentro de la función docente en la Universidad, pero que el número de docentes capacitados
para aplicar técnicas de estimulación de la creatividad, o liderar innovaciones es escaso. Algunas las
incorporan en su práctica en forma intuitiva. Se constata que en algunas universidades se han incorporado
Talleres de Creatividad o Programas de Desarrollo de Habilidades del Pensamiento en Carreras de Pregrado,
en Postítulo, Capacitación o como temas de Investigación en Tesis de Post-grado.
El Informe de la Comisión sobre Formación Inicial Docente en Chile (2005) señala que para
emprender una Innovación Curricular en la Formación Inicial Docente, no es suficiente ser creativos
sólo al nivel de la innovación curricular ya que ésta debe ser instalada en una institución, puesto que si
ésta no la acoge adecuadamente, se desvanece la creatividad curricular bajo el peso de una gestión
malograda. La tensión se extrema en los casos en que los modelos de gestión vigentes, se resisten a la
innovación e imponen sus propias lógicas a las innovaciones curriculares, se debilita si se sigue el
sendero contrario, a saber, un ajuste articulado entre ambas dimensiones, la curricular y la gestión
institucional.
A pesar de los esfuerzos realizados en los últimos años en nuestro país por fortalecer la
preparación académica de los formadores, no es posible señalar que en todas las instituciones formadoras
existan cuerpos estables y cercanos a la temática pedagógica propia de la formación de profesionales
para la docencia escolar. Los estudiantes de pedagogía todavía perciben que una parte importante del
discurso de muchos de sus profesores no es coherente con sus prácticas de aula; el formador habla de
constructivismo, de evaluación dinámica, de creatividad y ello no se refleja en su acción pedagógica; es
decir, su visión epistemológica acerca del aprendizaje no se ha modificado en lo sustantivo y pareciera
seguir en la línea en la que fue formado.
La necesaria reconstrucción de los saberes, la construcción de la autonomía y el desarrollo de la
capacidad reflexiva de los formadores de docentes, se ven afectados por las políticas institucionales que
merman sus aspiraciones académicas y desincentivan su propio desarrollo profesional y el de los
formadores noveles quienes no cuentan con el apoyo adecuado para desplegar sus competencias en un
campo laboral nuevo que tiene sus propias características y demandas. Este problema se relaciona también
con la valoración que al interior de las instituciones tiene la tarea de formar profesores.
Los diagnósticos realizados en Chile en los años 2002 a 2005 sobre la formación inicial docente
requirieron de la formulación de estándares. Los estándares para la formación inicial de docentes,
elaborados durante el programa de formación básica de docentes -PFFID- en forma conjunta con
académicos de las instituciones formadoras, docentes de aula, Colegio de Profesores y Ministerio de
Educación, se presentaron “con el fin de establecer parámetros que indiquen el nivel de calidad necesario
para lograr un desempeño docente, tanto en sus etapas iniciales como en las avanzadas”. Los
estándares describen lo que el futuro docente debe saber y poder hacer a su egreso, por lo que sirven para
orientar los contenidos curriculares y las estrategias de formación de los estudiantes de pedagogía.
La mirada hacia como las universidades darán respuesta a estas demandas, se perfila en el
cuestionamiento al paradigma academicista, fuertemente enraizado en la Educación Superior, centrado
más en el producto que en los procesos. Emergen como alternativas, concepciones curriculares más
abiertas, interactivas, interaccionistas y planteamientos holísticos que buscan la globalidad e interrelación,
en perspectivas inter y transdisciplinarias.
Falta aún asumir el desafío de potenciar la creatividad de las capacidades múltiples de los
estudiantes. Esta transformación del escenario educativo radica en primer lugar en comprender las
concepciones, características, procesos y resultados de su inserción, considerando que el docente es el
principal responsable del clima psicológico que predomina en el aula, a él le compete utilizar las técnicas
y estrategias, que permitan que el alumno tome conciencia del poder de su imaginación y de los recursos
creativos de su mente.
A partir del año 2004, el sistema universitario de Chile inicia un proceso de renovación curricular
en redes de internalización y convergencia con la comunidad europea y países latinoamericanos, y se
firman declaraciones y tratados de libre comercio con numerosos países. El estado exige normas de
gestión y eficacia a las universidades las que requieren de mecanismos de administración flexible, donde
se incorpore la cultura del cambio y el mejoramiento continuo. Los desafíos se enmarcan en el escenario
de aseguramiento de la calidad, donde la acreditación institucional y de carreras, es una prioridad
nacional, y el sello de calidad garantiza la oferta de los procesos formativos. Visualizamos en todos estos
cambios, el aumento de personas innovadoras, que creen en nuevos valores y en los cambios en el
comportamiento humano. Requerimos por tanto, de un currículo creativo que permita desarrollar las
capacidades creativas y el espíritu critico.
EXPRESIÓN DE LA CREATIVIDAD EN DISTINTAS ETAPAS DEL
DESARROLLO
La creatividad puede considerarse única en su naturaleza, en su expresión es múltiple. El niño
preescolar, el escolar o adolescente, el universitario o adulto tienen un modo diferente de ser, de concebir
la realidad, de interesarse por las cosas y por lo tanto de expresarse creativamente.
S. de la Torre, (2003) en su obra “Dialogando con la Creatividad” explica que la creatividad,
como capacidad para captar estímulos y transformarlos, comunicar ideas o realizaciones personales,
opera y se manifiesta de múltiple modos. Los niveles son un gradiente acumulativo, de modo que alcanzar
las modalidades superiores, comporta la superación de los anteriores. La capacidad para resolver
problemas implica haber alcanzado cierta madurez operatoria., ideación y visión múltiple. Ello está por
encima de una creatividad expresiva o espontánea. Sin embargo, también en el periodo escolar cabe
plantear situaciones problemáticas. No se trata pues de establecer una correspondencia rígida entre los
periodos y las aptitudes creativas, sino un gradiente de mejora.
Durante la Primera Infancia se hace necesario educar en la creatividad. El niño crece y aprende
descubriendo, transformando, creando. Todo estimulo pasa por la emoción y la fantasía antes de ser
procesado por el pensamiento o incluso los patrones sociales. La creatividad en el niño comienza cuando,
por primera vez, él hace una relación que no tenía hecha previamente.
La creatividad en primaria, (nivel básico) según S. de la Torre necesita de la interrelación,
interacción, fecundación y diseminación de la creatividad en todos los componentes educativos: políticas,
administración, organización, docente y discente, estrategias y evaluación.
En la adolescencia A. Gervilla (2006), señala que el desarrollo de la capacidad creadora no puede
dejarse al azar ni a la espera de una ocasión determinada. Se debe trabajar con los adolescentes aplicando
estrategias de aprendizaje creativo. Tenemos una responsabilidad compartida, que todos debemos afrontar
para favorecer un acceso flexible de los adolescentes, a un proceso formativo creativo a lo largo de toda la
vida.
Durante la Enseñanza Universitaria la creatividad debe ser analizada también en los programas y
currículo y no sólo en los sujetos. Un estudiante será más creativo si los ambientes y programas valoran y
facilitan su expresión y si contamos con educadores innovadores y creativos.
En la tercera edad, la creatividad es el arte de vivir, es una actitud ante la vida, un estilo de
relacionarse con el entorno, un dinamismo poderoso y profundo que da sentido a la existencia.
(Rodríguez M, 2005). Según este autor urge construir y mantener la infraestructura socio-cultural que
permite a los adultos mayores mantenerse activos y creativos.
NUEVA CONCEPCIÓN DE LA DOCENCIA: EL CURRÍCULUM CREATIVO
En la perspectiva del paradigma de la complejidad, se propone una Concepción Curricular
Integrada, abierta y flexible del currículo, basada en aportes de las Ciencias Sistémicas y Ciencias
Cognitivas, cuyos campos interdisciplinarios proporcionan principios, fundamentos, características, para
replantear el conocimiento pedagógico respecto al aprendizaje, al diseño y organización de la enseñanza,
a la incidencia de factores como la cultura, el contexto y la afectividad en la mediación del aprendizaje, el
replanteamiento sobre la concepción de la inteligencia humana, entre otros.
Los aportes de las investigaciones en estos campos, nos incentivan para replantear las
concepciones de aprendizaje y enseñanza dentro del nuevo esquema educativo. De este modo se concibe
el aprendizaje como un proceso socialmente mediado, basado en el conocimiento (qué, cómo), que exige
compromiso activo, motivación, esfuerzo, implicación para lograr como resultado un cambio en la
comprensión, ampliar las capacidades humanas y percibir relaciones significativas, entre la nueva
información y el conocimiento previo del alumno.
Según la escuela constructivista, el aprendizaje es un proceso autorregulado de resolución de
conflictos cognitivos, que aparecen al enfrentarse el estudiante a problemas y experiencias concretas. El
estudiante tiene que construir tanto sus conocimientos y sus ideas sobre el mundo, como sus propios
instrumentos de conocer.
A lo largo de su desarrollo, va pasando por una serie de estados que son formas distintas de
interacciones con la realidad. Son valiosos los aportes de Piaget, Ausubel, Novak, Carretero, Coll, entre
otros, y recientemente se configura con gran fuerza la corriente del constructivismo sociocultural
(Vigosky, Wertch, Brunner, Rogoff, Cole) que enfatiza que el desarrollo cognitivo y afectivo de cada
individuo es inseparable de los procesos sociales, que progresivamente este interioriza. Cada individuo
construye sus esquemas de representación y acción legitimados en su comunidad cultural. Cole (1985)
llega a afirmar que en la zona de desarrollo próximo de cada sujeto, la cultura y la cognición se crean
mutuamente. Este será el espacio privilegiado de la experiencia educativa.
Las Ciencias Cognitivas, que conforman un campo interdisciplinario, han ampliado nuestro
horizonte sobre el fenómeno de la cognición, apoyadas en investigaciones sobre la modificabilidad y
adaptabilidad del cerebro. Desde la década de los ochenta, conocemos más en profundidad la naturaleza
plural del intelecto, la estructura sistémica de la mente, la diversidad de estilos cognitivos, la
multidimensionalidad de la inteligencia, la naturaleza multifacética de la creatividad. Aportan a este
conocimiento estudiosos como H. Gardner, R. Stemberg, J. A. Marina, de la Torre, R. Marín, D.
Goleman, Flavell, M. Csikszeentmihalyi, entre muchos otros.
Como bien expresa Saturnino de la Torre (2003), vivimos en un mundo plural, en que la diversidad
debe ser considerada como una riqueza creativa y no un obstáculo. La cultura en la cual estamos
inmersos, nos conforma, condiciona en nuestro modo de pensar, sentir y actuar. Influye en nuestra
expresión creativa. Por ello el cambio permanente de nuestra sociedad y el flujo de culturas, reclama una
educación flexible y adaptativa, en donde se pueda activar la creatividad de los estudiantes. Todo esto
requiere de profesores creativos, de un entorno estimulante que fomente la creatividad, y el enseñar con
las acciones.
· Nueva Concepción de la Enseñanza
La función docente involucra un conjunto de decisiones, actividades y tareas, en que participa el
profesor en un contexto de interactividad, orientado a la formación de personas capaces de aportar y
transformar su entorno cultural.
Desde esta perspectiva, la función docente se amplia e involucra distintas fases, como son: la
preparación (enseñanza preactiva, que es la fase de desarrollo de la intervención), la enseñanza activa y la
fase postactiva. Además, trasciende el ámbito de lo visible, lo objetivo y lo cuantificable, así como la
actuación de los propios docentes. Como ocurre con otras prácticas sociales, la función docente no es
ajena a los signos que la caracterizan como altamente compleja. Durante el proceso de cambios se pasa de
la homogeneidad a la diversidad, de las certezas a las incertidumbres, de los conjuntos de perfiles claros a
otros borrosos. Ello hace que esté sometido a tensiones y contradicciones que en muchos casos provocan
un alejamiento de aquello que es su tarea central: el trabajo en torno al desarrollo de la persona, el apoyo
en la construcción de su conocimiento, la optimización de sus capacidades para aprender y el desarrollo
de la creatividad.
El nuevo estilo docente que caracterice la enseñanza creativa, se destaca en los siguientes rasgos:
respeto al derecho de sus estudiantes a crecer y desarrollarse en su integridad personal y psíquica
completa, a su capacidad de aprender, a su biografía académica específica en relación con las asignaturas
de que se trata, así como a su futuro proyecto profesional. Significa también el respeto al derecho de los
estudiantes a equivocarse y a que sus errores se conviertan en aprendizaje. Por último, cabe agregar el
respeto a la autonomía del estudiante, a su participación, y a la expresión de su creatividad.
La calidad de un profesor se refleja en su equilibrio personal para organizar los componentes de su
actividad profesional, asumiendo parte de la responsabilidad sobre las causas del fracaso de los
estudiantes y de lo que no funciona en su docencia. Implica reflexionar qué personas son ellos mismos y
quiénes son sus estudiantes, ello apunta a ser democráticos a la hora de dialogar sobre temas académicos y
tener buenas relaciones, sin caer en un popularismo impropio del espíritu docente.
· Entornos Potenciadores de la Creatividad
La manera más idónea de fomentar la creatividad en los estudiantes es enseñar un modelo de
creatividad. Hay que pensar y enseñar creativamente uno mismo. Es necesario, enseñar a los estudiantes a
integrar diferentes materias con áreas que fomenten sus habilidades, intereses y capacidades,
independientemente de la materia. Hay que dejar tiempo y respetarlo, para que los estudiantes piensen
creativamente.
Hay que premiar los esfuerzos creativos. La creatividad depende de que los estudiantes expresen
sus ideas, que logren una síntesis entre las ideas existentes y sus propios pensamientos. Es importante
enseñar a los estudiantes a tener sus propias responsabilidades, comprender su proceso creativo, valorar
sus esfuerzos, criticarse a si mismos. Las personas creativas necesitan afrontar la responsabilidad sobre si
mismos y sobre sus ideas, lo que distingue a los individuos creativos es que, al margen de las
circunstancias, consiguen dar a sus entornos una tónica personal que refleja el ritmo de sus pensamientos
y hábitos de su actuación.
· Competencias Emprendedoras en la Formación de Profesionales
Emprendimiento es el proceso mediante el cual, a partir de una idea innovadora, se generan bienes,
procesos y servicios nuevos que provocan un impacto positivo en el desarrollo productivo y socio-cultural
de la sociedad. El proceso incluye etapas de: incubación de ideas, y de acompañamiento para el desarrollo
y consolidación de estas.
Este emprendimiento requiere para su desarrollo de personas creativas y motivadas, los
emprendedores-y de un entorno favorable-cultura emprendedora, políticas públicas, aporte del sector
privado….Como factores constitutivos de la actitud, se reconocen: alta motivación al logro, asumir
riesgos, autovaloración, positiva de las propias capacidades de liderazgo, capacidad empática, estilo de
gestión.
A partir del año 2003, se inician proyectos en algunas universidades sobre emprendimiento en la
formación de los futuros profesionales. Estos proyectos pretenden incorporar competencias
emprendedoras en la formación, mediante la incorporación de estrategias en el proceso de enseñanzaaprendizaje,
de los alumnos de pregrado. La capacitación al equipo académico en el dominio de
metodologías innovadoras, ha sido una actividad vital, para transferir la experiencia a los líderes de los
grupos, que en forma interdisciplinaria han conducido talleres con estudiantes de diversas carreras
profesionales.
La experiencia acumulada después de un año de aplicación de los talleres orientados a fomentar la
capacidad emprendedora, permiten concluir que el espíritu o la actividad emprendedora son posibles de
entrenar y desarrollar y que toda persona posee un potencial de competencias emprendedoras.
· Estrategias Creativas en la Interacción Profesor-Alumno
El profesorado se comprometerá con la docencia, cuando la perciba y valore con sentido de
proyecto formativo, como un desafío de investigación, creación y reflexión crítica a sus propias prácticas,
integrando procesos de autorregulación y autoevaluación como herramientas para diseñar y conducir
procesos innovadores.
La creatividad, es el alma de las estrategias innovadoras orientadas al aprendizaje, por cuanto es el
alumno el que ha de ir mostrando la adquisición de las competencias convenidas en cada una de las
carreras (S. de la Torre y V. Violant, 2003).
Los estudios realizados con estudiantes universitarios, que aplican diversas estrategias creativas,
en sus contenidos curriculares como: lluvia de ideas, técnicas de pensamiento visual, diálogos analógicos,
metáforas, la interrogación, lectura creativa, solución de problemas, síntesis creativa, análisis
morfológico, pregunta creativa, etc., evidencian mejoramiento en los procesos de comprensión, análisis,
síntesis, elaboración, originalidad, redefinición, inventiva, fluidez, inferencias, entre otros.
La aplicación de las técnicas creativas y la selección de ellas, dependerán del nivel del curso y del
tema en estudio, evitándose introducir evaluaciones en sus primeras prácticas, para favorecer la
espontaneidad y permitir los errores que inicialmente pueda cometer el estudiante. Los alumnos perciben
la experiencia como muy agradable, coincidente con sus intereses, expectativas y significado para su
desarrollo personal.
· Investigaciones en el Proceso de Enseñanza y Aprendizaje
Las investigaciones realizadas, en la cual la intervención educativa tenía como finalidad enseñar a
pensar en forma creativa, a través de los contenidos disciplinarios, mostraron resultados importantes en el
mejoramiento de la creatividad de los alumnos expuestos a las experiencias. Se aplicaron en asignaturas
como Biología, Historia, Filosofía, Lenguaje y Comunicación, Matemáticas, Física, Química y Literatura,
además aplicaciones en actividades extraprográmaticas.
Previo a la aplicación de las experiencias, se capacitó a los profesores de las instituciones
educativas y a los estudiantes de postgrado y de pregrado en etapa terminal para colaborar en estos
estudios.
En algunos casos se aplicaron diseños pre-experimentales con grupos control y en otros, el diseño
fue pre-post test para el mismo grupo.
Además de diagnosticar previamente el talento creativo de los estudiantes, recurriendo a los
Cuestionarios GIFT y CIRC adaptados a nuestra realidad que miden el talento creativo en Imaginación,
Independencia, Variedad de Intereses, Confianza-Independencia, Desafío-Inventiva. Se estudió las
estrategias de aprendizaje que utilizaban los estudiantes para enfrentar el trabajo escolar (Inventario de R.
Schmeck, adaptado a Chile, normalizado y estandarizado) y que permite conocer el procesamiento de
información en distintos factores: retención de hechos, sistemática, elaborada, profunda. Para la variable,
afectiva se aplicó el inventario de autoestima de Coopersmith que permite conocer qué pasa con la
autoestima escolar, social, familiar, personal y la apreciación de la autoestima total. En otros casos
también se utilizó el inventario de California que mide, a través de varias escalas, la adaptación. Entre
otras, social, escolar, hogar, personal, etc. Estos instrumentos se aplicaban posteriormente al finalizar las
experiencias, correlacionando los factores en estudio y el peso de cada variable en el rendimiento
académico y/o escolar.
Un factor crucial para el éxito de estas experiencias, lo constituyó el perfeccionamiento previo
realizado por los docentes a cargo de las asignaturas o de las unidades temáticas. Los docentes
vivenciaron las distintas técnicas en talleres realizados en los establecimientos donde ejercían la docencia
en un ambiente grato y estimulador del pensamiento creativo.
Antes de la aplicación de las técnicas en el aula, se desarrolló un periodo de sensibilización
favoreciéndose un ambiente estimulante, grato y colaborativo. Los contenidos a desarrollar correspondían
a los establecidos en la Reforma Educacional para los distintos sectores de aprendizaje.
En el Ámbito Universitario, se realizaron talleres en la Asignatura de Currículum, que se imparte
en la formación de profesionales de la educación, en el período 1996 - 1999 y 2002-2005 en el Magíster
en Educación en los cuales se vivenciaron técnicas como: lluvia de ideas, resolución de problemas,
pensamiento visual, análisis morfológico, síntesis creativa, lectura creativa, la metáfora, etc.
Estimulándose procesos de comprensión, análisis, síntesis, elaboración, originalidad, redefinición,
inventiva, fluidez, inferencias, entre otros.
En cuanto al rendimiento académico se produjo un fuerte incremento en el puntaje promedio
obtenido. Se aplicaron evaluaciones individuales y grupales e instrumentos pre y post test sobre
estrategias de aprendizaje, autoestima, creatividad y actitud hacia la profesión. Los estudiantes
participaron activamente en el proceso haciendo aportes personales que permitieron optimizar las
actividades desarrolladas, comprobándose un mayor compromiso con su rol profesional, el mejoramiento
de las estrategias de aprendizaje y de su autoestima.
REFLEXIONES FINALES
Si la creatividad ha de tener un espacio en el proceso formativo del aula, quienes ejercen el
liderazgo deberán otorgar el tiempo necesario para que los docentes seleccionen e implementen
experiencias educativas problematizadoras, provocadoras, motivadoras, que desafíen a los alumnos hacia
un nuevo tipo de relaciones.
Los ambientes creativos serán instancias fundamentales para la expresión sin temores, dudas o
miedos del potencial creativo. El profesor es el mediador entre el estudiante y su mundo, le ayuda a
estructurar sus percepciones en síntesis significativas. Los jóvenes están abiertos a todas las posibilidades,
a todos los desarrollos y a todas las sorpresas. Por tanto, las actividades en el aula tienen que moverse
sobre la línea de innovar y deben inspirarse en la creatividad.
Las universidades deberán promover políticas y estrategias que permitan potenciar una cultura
orientada hacia el cambio dentro de la organización, creando o fortaleciendo organismos que movilicen
las iniciativas internas, articulen proyectos a mediano y largo plazo, apoyen la capacitación, las acciones
innovadoras.
Requerimos más que nunca de un profesional creativo, generador de conocimiento, que
constantemente ponga a prueba las teorías y principios de intervención, adaptador del currículum a las
características de sus estudiantes, provocador de procesos en el aula, que alimente la discusión, el debate,
que establezca relaciones positivas, capaz de trabajar en forma cooperativa y colaborativa, capaz de
evaluar atenta y enriquecedoramente el trabajo, facilitar la búsqueda y construir con sus alumnos el
conocimiento, que tome en cuenta los múltiples y diversos elementos que intervienen en el proceso
educativo, aplicando un enfoque flexible, integrado, interdisciplinario y crítico en su intervención en el
aula.
Es interesante resaltar que en una serie de documentos y recomendaciones de organismos
internacionales, al analizar los cambios y nuevas demandas de desempeño profesional, la mirada hacia los
perfiles profesionales del futuro, enfatizan dos elementos prioritarios: la familiaridad con las nuevas
tecnologías, y por otro lado la capacidad de pensar y aprender de forma creativa, crítica e independiente.
Otros rasgos destacan que el aprendizaje está situado en un contexto; que el conocimiento surge del hacer;
la comprensión se construye socialmente y que el aprendizaje es fundamentalmente social y
colaborativo.
El cambio curricular que se propone y el nuevo estilo docente, depende en gran medida del
perfeccionamiento docente interactivo, que implica una actitud crítica, reflexiva y comprometida con el
cambio.
Los nuevos escenarios del Siglo XXI, reflejan las tendencias de la sociedad de la información y
plantean desafíos y renovadas demandas de mejoramiento cualitativo a la educación impartida en todos
los niveles.
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viernes, 6 de febrero de 2009
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Bolivia vive un proceso de cambio, pero al parece los actores de este proceso no se enteraron de los nuevos conocimientos sobre la educación creativa, ya que la Dr. Solar nos indica que la educación creativa responde a una demanda social para el cambio, y que los actores del cambio son los nuevos educadores, por lo que la educación creativa debe introducirse en su formación y por ende en el diseño de un currículum creativo, desde la primaria hasta la educación superior, ya que también nos indica que el perfil de el nuevo profesional incluirá dos aspectos indispensables: la capacidad del uso de la nueva tecnología y la capacidad de usar el pensamiento creativo.
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